Sala IX. Hogar y creencias

Las mujeres iberas participaban de una forma activa en los rituales religiosos que se realizaban tanto en las viviendas como en los santuarios. En estos lugares sagrados se materializan los cultos comunitarios, pero también los familiares e individuales. Entre las ofrendas depositadas en los santuarios destacan los exvotos, que representan figuritas masculinas y femeninas, animales y partes anatómicas del cuerpo. Muchas de estas prácticas reflejan la existencia de rituales de iniciación, como el matrimonio, y la gestación o la presentación de recién nacidos ante una divinidad protectora, posiblemente femenina.

En Mesoamérica, los rituales asociados a la petición de lluvia y al maíz fueron constantes, tanto en los templos como en las áreas domésticas. Por su parte, las diosas mexicas Xochiquétzal y Tlazoltéotl, amparaban las labores textiles. El sacrificio humano estaba también asociado a las prácticas de las curanderas y parteras mexicas. Durante el mes de septiembre se sacrificaba a una joven adolescente como la joven diosa del maíz Chalcicíhuatl o Chicomecóatl.